Tal y como dice su título, este paisaje representa el barrio de Puerto Madero, de la ciudad de Buenos Aires.
Una combinación perfecta entre naturaleza y la mano del hombre; y a su vez, entre arquitectura contemporánea y la conservación de la antigua, como la transformación de los almacenes del puerto en oficinas y restaurantes o el mantenimiento de las grúas.
Concepto que me inspiró para pintar este cuadro, en el que los edificios, el puente y el río se funden con los colores del atardecer.
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